Una de las decisiones más bonitas que he tomado este año fue borrar la aplicación de Instagram de mi teléfono al salir de vacaciones. Y ahora, que he vuelto al trabajo (ya hace casi un mes), he descubierto que no quiero volver. Cuando pongo en la balanza los pros y contras, como empecé a hacer a inicios de año, los beneficios de ausentarme de las redes sociales empiezan a parecerme lo suficientemente sólidos como para extender estas vacaciones ad infinitum. ¿Será para siempre? Quién sabe. Pero los temores que tenía al marcharme —desconectar de la gente que amo y admiro, perderme de las conversaciones, dejar de aprender, y por encima de todo, que nadie nunca volviera a sumarse a uno de mis talleres o acompañamientos— no se han cumplido, así que, por ahora, así me quedo.
Lo que sí extraño, y este es el motivo de la escritura de hoy, es hablar de la vida cotidiana. Ese «en qué andamos» que me parece tan fértil, tan prolífico, y que a menudo es la sazón de las conversaciones más ricas de la vida real y virtual. Por eso me ha estado tentando el abrir un hilo de ensayos abiertos que gire alrededor de lo común y que nos invite a mirar nuestros cotidianos con el asombro que al menos a mí me solía convocar a publicar en stories la belleza del día a día. Si de alguna manera te inspira esta recolección de fragmentos, puedes dejar los tuyos en comentarios.
Así que: ¿en qué ando?
#1 La gran noticia
Primero, una buena noticia: he sido aceptada en la Formación de analistas junguianos para la que me estuve preparando durante los meses pasados. Recibí el correo un domingo por la mañana, justo un día después de comentarle a Emma que tenía ganas de cambiar mi estudio y de empezar a imaginar cómo podría quedar. Entre todos los eventos sincrónicos que me han estado sucediendo en relación a esta decisión de vida, este fue uno bonito. Así que ahora tengo dos sillones azul turquesa y una alfombra (de la que ya se ha apropiado Juanita), lo que representa el paso de estudio donde solo estoy yo, a un consultorio donde recibir a otras personas. Esta formación es altamente individualizada, lo que significa —y es lo que más me gusta— que parte de mi caminar durante los próximos años será descubrir de qué manera la psicoterapia de Jung se entreteje con mi propia metodología para acompañar a otras a desplegar sus vidas y sus recursos creativos, a recorrer su camino de individuación. Por iniciativa de la Formación, muy pronto empezaré a ofrecer consulta, previsiblemente en el cruce entre mis obsesiones profesionales: la vida, la escritura, los lenguajes simbólicos, la naturaleza, la creación, la psicología. Todavía no sé por dónde informaré cuando abra las primeras plazas, así que si te interesa que te informe, me puedes responder este mail y te tendré en cuenta.
# La escritura
En consonancia con lo anterior, me he ido dando cuenta de que los últimos meses mi escritura diarística se está volviendo cada vez más simbólica. A menudo elijo registrar mis sueños en lugar de mis emociones o las cosas del día a día, porque estoy descubriendo una riquísima fuente de guía y dirección para la vida. Tal vez este ensayo sea de algún modo una respuesta a todo lo que va quedando fuera. Tal vez también sea porque dejar Instagram —y este es para mí el mayor motivo por el que me ausento— me ha permitido hacer foco en proyectos de escritura que estaban insistiendo dentro de mí. Así que en este momento estoy trabajando un manuscrito de forma muy viva y acompañada por otra escritora con quien compartimos obsesiones, y eso me da mucha satisfacción. Desde que empecé a acompañar yo misma a otras personas en sus proyectos literarios tenía ganas de ponerme en el lugar de la alumna y ser guiada. Es maravilloso. Escribir en compañía, dialogar sobre el libro en curso, tener deadlines y entregas, poner la escritura en el centro de la vida, como siempre decimos en Casa Índigo, es maravilloso. Hasta me compré una lamparita de luz amarilla para poder escribir cuando se hace de noche, que es cuando más inspirada y tranquila me siento.
#3 La gran Marguerite Duras
En mis paseos cotidianos, tomando cafecitos y dando vueltas por mi colonia y las adyacentes (mi cosa favorita en el mundo) me llevo conmigo los libros que he podido conseguir de Marguerite Duras. Ay, la Duras, la gran Duras, cómo me inspira. Sobre todo he estado leyendo de ella los Cuadernos de la guerra, que es un título bastante reciente, y que me genera mucho interés en tanto que fueron los primeros bocetos de otros de sus libros que ya había leído. Es una escritora que no desecha nada y eso me parece admirable. Todo lo que escribe lo reverencia dándole un lugar, un público. En septiembre vamos a estar leyéndola y conversando sobre ella en El Club, que si no lo conocéis, es la comunidad donde vida y literatura escrita por mujeres se cruzan. ¡Está abierto a quien quiera sumarse!
#4 Los tesoritos
Algo que sí echo de menos de Instagram es encontrar tesoros y no poder compartirlos en el momento en el que aparecieron y me llenaron de emoción. Por ejemplo, me encantó leer Todo lo que se mueve, de Valeria Mata. Es un libro que me encantaría haber escrito cuando viajaba. En él recoge esta cita de Juan Villoro que subrayé y que ahora, con semanas de retraso, comparto aquí: «Ahí está el mundo, como un milagro brotado de la nada». Así siento que vivo y reconocerlo en palabras de otres me hace siempre reverberar por dentro. Los otros tesoros no los apunté. Dejar un espacio de convivencia tan fuerte como lo ha sido Instagram durante los últimos años también tiene sus pérdidas y genera ciertos duelos que tengo que habitar. Seguro que sigo contando alguno más por aquí, porque me ha traído muchísimas reflexiones importantes sobre cómo deseo vivir.
Por ahora, esto es lo que quiero compartir. Cuéntenme en qué andan, bellezas. Nos leemos.
Me llamo Marina y soy humana. Escribo sobre crear una Vida significativa y preciosa a través del contacto con los lenguajes simbólicos, las plantas, los sueños y sobre todo la escritura. Esto que estás leyendo es mi autobiografía interior en construcción. Soy autora de varios libros, el más reciente, Estudio de aves en vuelo. Puedes ver mis cursos de autoconocimiento y escritura para hacer alma en esta página.
Esta entrada dio directo al sector más revolucionado de mi mente. Hace semanas estoy pensando en eliminar todas mis redes sociales y utilizar solo Substack. Comparto las dudas que mencionas en tu texto, y me da esperanza saber que no notaste cambios significativos en tu contacto con lectores y tu comunidad en general. ¡Gracias por exponer tu historia! Me sirvió muchísimo.
Me encantan las sincronicidades!
Hace unos años me interesé mucho por la psicología junguiana.
Viajé a Zurich para conocer in situ los lugares de Jung. (Te recomiendo hacer este viaje si tienes la oportunidad.)
Incluso entrevisté a un psicólogo junguiano, con quien hice una formación.
Tengo el propósito de publicar una edición de esta entrevista a principios del 2025.